Cárnicos Lebrún es una microempresa familiar que surge con el esfuerzo, el empredimiento y las ganas de salir adelante de una madre que luchaba día a día por sacar a sus hijos adelante...
En el año 1995 la señora Martha Lucía Lebrún crea una microempresa llamada Cárnicos Bakú la cual se basaba en la elaboración de varios tipos de cárnicos para el hogar y para los negocios de comidas rápidas, como cárnes de hamburguesa, rollo de carne, albondigas, etc. con el pasar del tiempo sus productos tuvieron gran auge pues eran pocas los de su tipo, se matenía con ventas mensuales que alcanzaban para los gastos familiares y empresariales y dejaban ganancias valorables, pero por una época de receso económico en la ciudad entró en apuros hasta llegar a la quiebra.
En el año 2007 uno de sus hijos Juan Pablo Cadavid Lebrún decide comenzar de nuevo con la idea, fabricando las carnes desde su casa y vendiéndolas a pequeños negocios de su barrio. En el 2008 decide crear independencia y alquila un local cerca al parque de los deseos para fabricarlas desde allí y darle más credibilidad a sus clientes, decide bautizar a la que ahora es su microempresa, con el apellido de su madre en honor al esfuerzo que ella algún día hizo por sacarlo adelante.
En el 2009 con el crecimiento de las ventas ve la necesidad de comprar más congeladores y contratar un colaborador para la elaboración del producto.
Hoy es una microempresa de la ciudad de Medellín que se ha ganado el respeto, la valoración y la fidelidad de sus clientes, que se mantiene y que anhela seguir creciendo para convertirse en una de las más sostenibles y reconocidas de la ciudad.
En el año 1995 la señora Martha Lucía Lebrún crea una microempresa llamada Cárnicos Bakú la cual se basaba en la elaboración de varios tipos de cárnicos para el hogar y para los negocios de comidas rápidas, como cárnes de hamburguesa, rollo de carne, albondigas, etc. con el pasar del tiempo sus productos tuvieron gran auge pues eran pocas los de su tipo, se matenía con ventas mensuales que alcanzaban para los gastos familiares y empresariales y dejaban ganancias valorables, pero por una época de receso económico en la ciudad entró en apuros hasta llegar a la quiebra.
En el año 2007 uno de sus hijos Juan Pablo Cadavid Lebrún decide comenzar de nuevo con la idea, fabricando las carnes desde su casa y vendiéndolas a pequeños negocios de su barrio. En el 2008 decide crear independencia y alquila un local cerca al parque de los deseos para fabricarlas desde allí y darle más credibilidad a sus clientes, decide bautizar a la que ahora es su microempresa, con el apellido de su madre en honor al esfuerzo que ella algún día hizo por sacarlo adelante.
En el 2009 con el crecimiento de las ventas ve la necesidad de comprar más congeladores y contratar un colaborador para la elaboración del producto.
Hoy es una microempresa de la ciudad de Medellín que se ha ganado el respeto, la valoración y la fidelidad de sus clientes, que se mantiene y que anhela seguir creciendo para convertirse en una de las más sostenibles y reconocidas de la ciudad.
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